domingo, 2 de marzo de 2014

DON JUAN DE MATA ESPEJO MOLINA, Músico.

Un 2 de marzo de 1.855, a las cinco de la tarde,  nacía en la calle Moraleda de Los Villares, D. Juan de Mata Espejo Molina.  Músico.

Órgano de la Capilla de San Andrés de Jaén










SEMBLANZA:
Hijo de José Desposorio Espejo Ramírez, carpintero y de Úrsula Molina Anguita. Le pusieron de nombre Juan de Mata, en razón de su abuelo paterno Juan de Mata Espejo Ibáñez, sacristán de la parroquia.
Los Espejo eran gente modesta ligada desde los comienzos del s. XIX a la parroquia de San Juan Bautista de Los Villares, donde ejercían oficios de ministros menores: sacristanes, sochantres, organistas, acólitos…
Algunos miembros de la familia de los Espejo también eran músicos y pronto marcharon a Jaén en busca de más amplios horizontes. Es el caso de Francisco Espejo organista en la Capilla de San Andrés de Jaén en 1.878 o un Vicente Espejo 2º sochantre a partir de 1.850. 
Estos antecedentes familiares motivaron, sin duda, su temprana vinculación al mundo de la música. Su primera etapa la pasó en Los Villares. De entonces datan algunas composiciones muy populares, como las “Coplas a Nuestra Señora de los Dolores” y “Gozos al Patriarca San José”, no olvidemos la notable vinculación del gremio de los carpinteros de nuestro pueblo con  esta devoción.









Suyas son también  una serie de composiciones muy populares en Los Villares, “Ave María”, “Ramillete”, “Misterios del Rosario” y “Letrillas a Nª Sª del Rosario”, obras que hizo en colaboración con Dña. Ángela Molina Luque y que son parte notable del patrimonio musical de la Patrona de nuestro pueblo.
Un 15 de junio de 1.884, a la edad de  29 años, siendo ya organista de la parroquia de San Juan Bautista, se casa en Los Villares con Elvira Luque Alcalde, estableciendo su residencia en la calle del Arroyo, 23. Del matrimonio  nacerían dos hijos, Ángel y Mateo, éste último también sería organista.
A comienzos de siglo se trasladó a Jaén. Siempre vivió en la típica y estrecha calle de San Bartolomé, por lo que estuvo muy ligado a los empeños musicales de esta parroquia.
En Jaén, D. Juan de Mata Espejo se dedicó profesionalmente a la música y desplegó una gran actividad.
El Alcalde Cancio Uribe le encomendó en 1.901 la formación de la Banda Municipal de la que se le nombró director interino.
Trabajó como profesor de música en la Real Sociedad Económica de Amigos del País (1.911); como organista interino en la Capilla de San Andrés (1.911); profesor de música y director del la Banda del Batallón Infantil (1.915); organista de la parroquia de San Bartolomé (1.916); vocal de la Comisión Diocesana de Música Sagrada (1.918).
Ejerció una amplia labor docente con una academia particular de música y dirigiendo capillas musicales en acontecimientos religiosos.




Nunca renunció a sus raíces y habitualmente se asoció a los eventos musicales de su pueblo natal, escribiendo muchas partituras para Los Villares y sus tradiciones religiosas.
Precisamente, en honor de la imagen de Ntra. Sra. de los Dolores, tan venerada en Los Villares desde el s. XVIII, escribió una de sus mejores obras, las “Coplas a los dolores de Ntra. Señora”, obra ambiciosa compuesta para órgano, violines, flauta y contrabajo y con voces de triples, tenores y bajos.










En Jaén se interpretó mucho, sobre todo en la concurrida novena de N.P. Jesús, donde se popularizó mucho.
Precisamente por este amor a su pueblo natal gestionó muchos años la presencia en la Semana Santa de Jaén de la entonces prestigiosas Banda de Música de Los Villares, cuya presencia fue habitual en las procesiones de la Expiración y N.P. Jesús, en las primeras décadas del s. XX.
Fue autor también de un “Preludio de Concierto”, de una “Letanía a tres voces” que en ocasiones se interpretó en la Catedral y de un “Compendio Teórico de Solfeo” organizado en tres cursos.
Al enviudar, se recluyó en su casa con su hijo Mateo –también músico y desde entonces su actividad musical se fue apagando lentamente.
Y en aquella casa de la calle de San Bartolomé, le vino a buscar la muerte un 25 de octubre de 1.942 a la edad de ochenta y siete años.
Es Juan de Mata Espejo, otro de nuestros villariegos ilustres, olvidado de su pueblo y a quien debemos un reconocimiento oficial y recuperar su figura para la historia de Los Villares.
(Fuente: Revista Alto Guadalquivir, 1.997-Manuel López Pérez)




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