viernes, 24 de enero de 2014

DE LA DEVOCIÓN AL NAZARENO EN LOS VILLARES



Un 24 de enero de 1.770, según codicilio otorgado en esa fecha,  el villariego Cristóbal Higueras, deja una manda de 250 reales para “…ayuda al dorado del retablo que se hace para Jesús Nazareno”.  Es esta la noticia  más antigua localizada sobre la existencia de la imagen del Nazareno adquirida por D. Manuel Campos Garrote.  Años más tarde en julio de 1.782, Carlos Gutiérrez se declara “hermano mayor de Jesús Nazareno…”, lo que evidencia la existencia de cofradía.


Imagen procesionada



Comentario a la Efemérides: Entre las devociones de pasión más arraigadas en Los Villares, destaca la de Nuestro Padre Jesús Nazareno. Fue el matrimonio formado por Manuel de Campos Garrote y  Dña. María Garrido Civanto, a iniciativa del prior don Francisco Gómez de Ávila Barragán,  los impulsores de esta devoción, a mediados del  s. XVIII.  En 1.739 se creó una capilla y Patronato “donde estén con toda veneración y culto la imágenes de María Santísima de los Dolores, la de San Juan Evangelista y la Verónica”. Con esta fundación comienzan en Los Villares las primeras manifestaciones públicas de la Semana Santa. Don Manuel de Campos, en el deseo de completar un conjunto iconográfico, similar al que procesionaba en Jaén, el Viernes Santo, adquirió una imagen de Jesús Nazareno. Se desconoce la fecha en que llegó la talla del Nazareno a Los Villares pero debió ser bien entrada la mitad del s. XVIII.  La hermandad contaba con muchos cofrades. Celebraba cultos propios y el  Domingo de Pasión, su fiesta principal. La devoción al Nazareno arraigó entre los villariegos. Durante todo el siglo XIX, la cofradía siguió activa, celebrando su fiesta anual el Domingo de Pasión y una procesión penitencial al amanecer del Viernes Santo. La penosa y lamentable destrucción de la iglesia parroquial de San Juan Bautista, el 3 de agosto de 1.936, supuso la pérdida de la venerada imagen de Jesús Nazareno y su retablo. Durante la década de los cuarenta prosiguió la vida de la cofradía, pero sin disponer de imagen. Hasta que gracias a las gestiones del párroco D. Antonino Fernández Liedo y la generosidad de D. José Y D. Manuel Campos Gutiérrez, que retomaban una vieja vinculación familiar, encargó en 1.953 al escultor de Santisteban, Jacinto Higueras Fuentes, una nueva imagen del Nazareno.

Hoy, desde su camarín, la imagen de Jesús Nazareno sigue tutelando los fervores del pueblo, donde su mensaje redentor y penitencial arraigó muy profundamente un día ya muy lejano del siglo XVIII.
(Fuente: Revista Alto Guadalquivir-Manuel López Pérez)




Detalle del rostro.












 

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